Aunque entre los Objetivos de desarrollo sostenible, planteados por las Naciones Unidas en su Agenda 2030, se encuentra garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, actualmente las fuentes más utilizadas siguen siendo el petróleo, el carbón y el gas.
Cuba ha incentivado el desarrollo de las hidroeléctricas, los parques eólicos y la utilización de paneles solares, y ha trazado políticas para el ahorro energético en el país.
De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas (Minem), el 95 % de la matriz energética nacional se compone de combustibles fósiles, en tanto se espera que en este año la generación de energía mediante fuentes renovables crezca hasta un 6,3 % del total que produce el país.
En 2019 ya estaban instalados en la Mayor de las Antillas cuatro parques eólicos experimentales con una potencia total de 11,8 megawatt (mW), además de otros 70 parques solares fotovoltaicos, con 207 mW de potencia, que alcanzan una generación eléctrica de 310 gigawatt hora (gWh) al año y sustituyen aproximadamente 81 000 toneladas de combustible en 12 meses, de acuerdo con la fuente.
Por otra parte, están instalados 24 081 paneles solares aislados en escuelas, policlínicos, viviendas aisladas y casa del médico de la familia, entre otros. Al tiempo que el potencial de radiación solar en el país es de aproximadamente cinco kilowatt hora (kWh) por metro cuadrado por día.
Con respecto a la hidroenergía, el Minem señala que existen, a nivel nacional, 162 centrales hidroeléctricas con una potencia total instalada de 71,9 mW. La de mayor potencia es la Central Hidroeléctrica de Hanabanilla con 43 mW.
Para 2030, Cuba aspira a llegar al 24 % de la generación de energía con fuentes renovables.
SITUACIÓN MUNDIAL
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) explicó, en su web, que la generación de electricidad en el mundo parte, en gran medida, de la sobreexplotación de los combustibles fósiles, y de acuerdo con estudios realizados, cerca del 80 % de la energía global se produce a partir de esos portadores energéticos.
«Tal situación ha generado impactos negativos en el medioambiente y, aunque existen otras causas, esta incide directamente en el cambio climático a través de las emisiones de gases de efecto invernadero», especifica el texto del organismo.
Algunos países como Dinamarca, Suecia, China e India constituyen referentes en el uso de la energía renovable, mediante sistemas hidroeléctricos, eólicos y fotovoltaicos, y Costa Rica y Chile sobresalen como las naciones que producen energía verde.
No obstante, «informes anuales del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente reflejan que más de un tercio de la población mundial no tiene acceso a las formas avanzadas de energía. Los 30 países con mayor desarrollo del planeta, donde habita un 15 % de la población total, consumen una cifra superior al 60 % de estas formas modernas de energía. Mientras, 1 100 millones de personas a nivel global aún carecen del acceso a la energía básica y el África subsahariana es la región más afectada».
Precisamente, entre las metas planteadas por la Agenda 2030 se encuentran aumentar la proporción de energía renovable, duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética, multiplicar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y a la tecnología relativas a la energía limpia, además de promover la inversión en infraestructuras energéticas y tecnologías limpias.
Todo ello responde al Objetivo 7 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030: Energía limpia y accesible. Se pretende promover el acceso universal y el uso de fuentes alternativas para disminuir la utilización de los recursos no renovables.
1- Que no debe utilizar un lenguaje ofensivo.
2- Que debe ajustarse al tema del artículo.
El Administrador del portal se reserva el derecho a no publicar los comentarios que incumplan las políticas anteriores.